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La Biblioteca Nacional de Guatemala Luis Cardoza y Aragón fue fundada el 29 de octubre de 1879, por el entonces presidente de la República Justo Rufino Barrios. Abrió sus puertas al público el 24 de junio del año siguiente, con 15 mil volúmenes.
Con la creación de la biblioteca se establecieron los 14 artículos que compondrían el reglamento del nuevo lugar. Con ellos normaron la funcionalidad, los servicios que prestaría a los lectores, el proceso de cada título que nuevo que llegara, y el archivo de manuscritos públicos.
Al inicio, la biblioteca estuvo a cargo del Ministerio de Instrucción Pública de Guatemala. El primer director, Don Dámaso Micheo, fue nombrado en 1882.
Este establecimiento también tuvo en su lista de directores a personalidades como el escritor cubano José Joaquín Palma y al médico e historiador, además director del Diario de Centro América, Ramón Salazar.
Ubicación
La biblioteca ha habitado diferentes sitios de la ciudad. Entre 1917 y 1918 los terremotos obligaron el traslado al Salón Mayor de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Luego a otro espacio que da a la 10ª calle de la zona 1. En 1957 la pudo gozar de su edificio propio edificio, ubicado en la 5ª avenida de la ciudad de Guatemala donde hoy funciona.
Actualmente reúne un promedio de 145 mil volúmenes, entre los que se encuentra un valioso fondo bibliográfico antiguo.
La Biblioteca Nacional de Guatemala atiende en su mayoría al público estudiantil y docente.
Arte y cultura
El primer nivel de la Biblioteca Nacional se encuentra decorado con mármol extraído de San Juan Sacatepéquez. Y al ingresar se logra percibir un espacioso interrumpidos por los mostradores de préstamo de libros, escritorios y ficheros.
Los murales interiores cuentan con representaciones de códices mayas realizados por Antonio Tejada Fonseca, Guillermo Grajeda Mena y José Antonio Oliverio. Los relieves de concreto en la fachada del edificio son obra de Efraín Recinos.
Para la construcción de la biblioteca se tomaron en cuenta aspectos de suma importancia, como la instalación de un sistema de tuberías y bocas para mangueras que durante una emergencia permiten sofocar, en un momento dado cualquier incendio que pudiera provocarse.
Los materiales del edificio no son combustibles. Los cielos del primero y segundo piso han sido cubiertos con material acústico importado especialmente y las múltiples lámparas se pidieron del modelo más reciente y adecuadas para salas de lectura.
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